29 Mar

De 10:00 h. a 10:30 h. Avda. Reyes Católicos y Avda. del Cid.
De 10:30 h. a 11:00 h. Fco. Martínez Varea, Sda.Familia y Urb. Jerez
De 13:00 h.a 13:30 h. José María de la Puentey Jerez
De 13:30 h. a 14:00 h. Doña Berenguela y Padre Aramburu.
De 14:30 h. a 15:00h. San Francisco y Villarcayo.
De 15:00 h. a 15:30 h. Sedano y Federico Olmeda.
De 15:30 h. a 16:00 h. Avda. Cantabria y Fco. Sarmiento.
De 16:00 h. a 17:00 h. León XIII y voluntarios.

29 Mar
Viernes Santo - Confesiones
29.03.2024 10:30 - 12:00
29 Mar

En el interior de la iglesia

«Semana Santa, el poder del amor y la misericordia»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

mario iceta

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, comienza el tiempo de gracia para abrir, sin reservas ni evasivas, el corazón a Dios.

¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!, volvemos a clamar en este Domingo de Ramos, a los pies del pollino que carga con Aquel que señala el camino de la redención, del poder del amor y de la misericordia.

Adentrarse en el espíritu de la Semana Santa supone abandonarse al cuidado de un Dios que se hace carne para llevar nuestras fragilidades, renuncias y pecados en su Cuerpo hasta la Cruz para que, lavados en su sangre y en la entrega de su vida, es decir, en su amor infinito, vivamos con Él y para Él y nunca olvidemos que «con sus heridas fuimos curados (1 Pe 2, 24).

Este tiempo de silencio, prueba y fortaleza en medio de la adversidad se convierte en una oportunidad para dejarse sorprender por el Amado. Si Él pudo hacer frente a tanto dolor y su apasionada respuesta fue devolver bien por mal, redescubrimos que la Semana Santa es un misterio de amor: «Nadie me quita la vida, sino que yo la entrego» (Jn 10, 18), dice el Señor.

Así, hemos de preguntarnos cuánta vida entregamos en nuestro quehacer diario y qué testimonio estamos dispuestos a donar durante estos días de Pasión, Muerte y Resurrección. Si Él nos invita y nos reúne para ablandar los corazones endurecidos por el odio, la mentira, la intolerancia, la soberbia y la crueldad, ¿cómo vamos a hacer oídos sordos a su llamada y a su entrega?

Él «nos ha rescatado de la esclavitud de la muerte, ha roto la soledad de nuestras lágrimas y ha entrado en todas nuestras penas y en todas nuestras inquietudes», decía el Papa Benedicto XVI. De esta manera, Dios nos ha regalado su propia vida abrazada a un madero para que seamos capaces de atravesar el apasionado y tantas veces agitado mar de la existencia. Es la nueva alianza en la Sangre de Cristo; es decir, en su vida. Y esa entrega crucificada y resucitada renueva al hombre viejo, porque la muerte se convierte en la suprema manifestación del Amor que se dona a quienes más lo necesitan.

Esto nos recuerda que, si fijamos los ojos en Jesús durante esta semana de pasión y gloria, aprenderemos –con Él y en Él– a superar la adversidad y a afrontar situaciones dolorosas que sobrevengan a nuestras vidas. Porque la resurrección es el fruto de un amor compasivo que genera una esperanza verdadera y que no pasa jamás (cf. Cor 13, 8).

Hoy dejamos atrás el tiempo de Cuaresma, donde hemos caminado durante cuarenta días por el desierto. Hemos pasado de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios. Es la libertad del amor que rescata a los sufridos, pobres y desheredados de la tierra, para afianzar su dignidad y resarcir lo que la injusticia les ha sustraído.

Hagamos, de toda vida humana, un eterno Triduo Pascual. Acompañemos al Señor en la Cena del Jueves Santo, sentémonos a su lado, junto a sus discípulos y a sus pobres, y compartamos su Cuerpo y su Sangre en su mesa fraterna; estemos a su lado durante la Pasión del Viernes Santo, cuando pesa el abandono, por si el llanto, el dolor y la tristeza vuelven a inundar el Huerto de los Olivos, y acompañémosle agradecidos para que las tinieblas no nublen un solo ápice de su luz que quiere iluminar a los que viven en la tiniebla de la miseria, el sufrimiento o el desamor; permanezcamos cerca de Él, al albor del Sábado Santo, en silencio, hasta que se encuentre nuevamente en los brazos del Padre, una vez vencida la muerte, proclamado el triunfo definitivo de la vida y, abiertas las puertas del cielo, podamos resucitar –con Él– a una vida nueva.

La Semana Santa nos invita a volver a abandonar todos los cansancios y agobios en los brazos del Señor (cf. Mt 11, 28-29). Y también a aprender de Él, que es manso y humilde de corazón, y es el único descanso verdadero para toda la humanidad. Y, como el discípulo amado, acojamos en nuestra casa a la Virgen María. Ella, mejor que nadie, conoce el precio incalculable del amor.

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

«San José, modelo de paternidad y patrono del Seminario»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

mario iceta

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas:

Esta semana, el día 19, celebramos la festividad de san José: el patrono de la Iglesia y del Seminario y, además, modelo de paternidad, esfuerzo, trabajo, nobleza, obediencia y esperanza.

San José, el «hombre justo» (Mt 1, 19), amó a Jesús con corazón de padre, asumió con entrega plena su progenitura legal y siempre estuvo dispuesto a hacer la voluntad de Dios.

Su corazón de esposo fue encomendado por el Padre para cuidar de la Virgen María y, así, convertirse en el custodio de la Sagrada Familia. Un corazón, en palabras del Papa san Juan Pablo II, que «aceptó la Verdad contenida en la Palabra del Dios Viviente».

Su mirada confiada, entregada y silenciosa recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. Merced a ese regalo, se convirtió en un padre devoto del Verbo encarnado, tomando el lugar en la tierra, incluso, de su Padre celestial.

Y sus manos de carpintero, siempre dispuestas a trabajar por el Reino y su justicia, crecieron tanto en méritos y en santificación que aventajó a todos los santos.

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«Con el corazón en Hispanoamérica»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, con el lema Arriesgan su vida por el evangelio, celebramos el Día de Hispanoamérica. Esta jornada recuerda, cada año y de manera especial, a los sacerdotes españoles que han dejado atrás sus diócesis de origen para poner por entero su vocación de servicio y entrega en la Iglesia que peregrina en Iberoamérica. Asimismo, no podemos dejar en el olvido que esta jornada también rememora el trabajo incansable y regalado que tantos miembros de la vida consagrada y laicos llevan a cabo en distintas tierras de misión, en todas las partes del mundo.

Un día que no solo nos ayuda a la conversión del corazón, sino que, además, descubre y saca a la luz los lazos que nos unen a Hispanoamérica; una historia que nos une desde hace siglos y que se hace realidad merced a los lazos que estrechan el corazón de tantas familias y proyectos comunes que nos cobijan bajo la atenta mirada del Evangelio.

El lema de esta jornada «es una forma de afirmar la llamada que, como sacerdotes, hemos recibido por parte del Señor», destaca el cardenal Robert Prevost, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Asimismo, supone «vivir eucarísticamente al servicio de todos» y, en especial, «de los más pobres». Esta manera de «abrazar en serio el amor que encontramos en Jesucristo» exige ofrecérsela a todos «para la salvación del mundo».

Son muchos los misioneros españoles que entregan la vida por el evangelio en Iberoamérica. En la actualidad, hay 150 sacerdotes españoles de la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), y 13 de ellos pertenecen a nuestra archidiócesis de Burgos. Un dato que habla, en cifras, de la inmensa labor de estos consagrados al Amor que viven por y para ser reflejo suyo, amando como Él ama y llevando su mensaje hasta los confines de la tierra.

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«La Iglesia en la educación»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

mario iceta

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas:

El Concilio Vaticano II «considera atentamente la importancia decisiva de la educación en la vida de la persona y su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo» (Declaración Gravissimum educationis sobre la educación cristiana).

La labor educativa de la Iglesia a través de múltiples instituciones ha sido inmensa a lo largo de los siglos. Nuestra Iglesia burgalesa ha contribuido notablemente a esta tarea a través de colegios diocesanos, de entidades religiosas dedicadas a la educación y de iniciativas sociales católicas, dirigida de modo particular a las personas y familias más desfavorecidas, con un profundo y amplio compromiso social. Cómo no recordar al sacerdote natural de Sargentes de Lora, don Andrés Manjón, pionero en la educación y gran promotor de esta tarea más allá de nuestras fronteras, cuyo centenario de fallecimiento acabamos de celebrar.

Precisamente el pasado diecisiete de febrero celebramos en el Forum de la Evolución en Burgos el primer encuentro de los cinco colegios diocesanos, junto con el del Círculo Católico, que forman parte de la Fundación Manjón y Palencia. Allí testimoniamos el compromiso de caminar juntos y ayudarnos en la búsqueda de la excelencia sobre el surco de la mejor tradición y cultura educativa de la Iglesia.

Con el objetivo primordial de renovar la presencia y el compromiso de la Iglesia con la educación, se ha celebrado en Madrid el congreso ‘La Iglesia en la Educación. Presencia y Compromiso’. Ayer asistimos a la sesión final de este evento que ha reunido a una gran cantidad de personas de diferentes delegaciones diocesanas de educación y de instituciones educativas implicadas activamente en esta iniciativa que desea, sobre todo, promover la presencia de la Iglesia en los distintos ámbitos educativos.

Desde la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura se ha percibido la urgencia de que la Iglesia «continúe haciendo su aportación específica». Para ello, propusieron abrir un «proceso de encuentro y participación» que tuviese en cuenta todos los ámbitos en los que estamos presentes: colegios de ideario cristiano, profesorado de religión católica, profesorado cristiano, centros de educación especial, centros de formación profesional, universidades católicas y escuelas de magisterio, colegios mayores y residencias universitarias, educación no formal y su relación con la parroquia, la familia y la escuela.

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«Cuaresma: el camino de vuelta a casa»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es volver a descubrir que «estamos hechos para el fuego que siempre arde, para Dios, para la eternidad del Cielo, no para el mundo». El Papa Francisco, desde esta mirada compasiva que pronunció un día como hoy hace cinco años, nos invita a reflexionar sobre todas las sendas que recorremos a diario en nuestra vida para encontrar el camino de vuelta a casa y nos recuerda que hoy es el momento de regresar a Dios.

Adentrados en este tiempo de espera, penitencia y perdón, el Espíritu vuelve a soplar su aliento sobre el barro de nuestras vidas para adentrarse en esos rincones donde más nos cuesta estar.

Con el Miércoles de Ceniza comienzan cuarenta días de limosna, oración y ayuno, como sendero de preparación para la Semana Santa. Un nuevo comienzo que nos llevará a un destino seguro: la Resurrección de Cristo, su indudable promesa y nuestra eterna victoria.

No es un tiempo para las renuncias sin sentido, sino para descender hasta las profundidades de nuestro interior, recorrer cada una de sus espinas, acogerlas y amarlas como Dios las ama. Solo así, podremos volver al Padre, salir a recorrer sus caminos y allanar sus sendas con la entrega generosa hacia quienes más nos necesitan.

La ceniza sobre nuestra cabeza simboliza el camino para volver al Señor, pero no de cualquier manera, porque Dios infunde su espíritu de vida sobre ese polvo enamorado que nos habita para hacernos libres, resucitados y alegres.

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Parroquia Sagrada Familia