«Con el corazón en Hispanoamérica»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, con el lema Arriesgan su vida por el evangelio, celebramos el Día de Hispanoamérica. Esta jornada recuerda, cada año y de manera especial, a los sacerdotes españoles que han dejado atrás sus diócesis de origen para poner por entero su vocación de servicio y entrega en la Iglesia que peregrina en Iberoamérica. Asimismo, no podemos dejar en el olvido que esta jornada también rememora el trabajo incansable y regalado que tantos miembros de la vida consagrada y laicos llevan a cabo en distintas tierras de misión, en todas las partes del mundo.

Un día que no solo nos ayuda a la conversión del corazón, sino que, además, descubre y saca a la luz los lazos que nos unen a Hispanoamérica; una historia que nos une desde hace siglos y que se hace realidad merced a los lazos que estrechan el corazón de tantas familias y proyectos comunes que nos cobijan bajo la atenta mirada del Evangelio.

El lema de esta jornada «es una forma de afirmar la llamada que, como sacerdotes, hemos recibido por parte del Señor», destaca el cardenal Robert Prevost, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Asimismo, supone «vivir eucarísticamente al servicio de todos» y, en especial, «de los más pobres». Esta manera de «abrazar en serio el amor que encontramos en Jesucristo» exige ofrecérsela a todos «para la salvación del mundo».

Son muchos los misioneros españoles que entregan la vida por el evangelio en Iberoamérica. En la actualidad, hay 150 sacerdotes españoles de la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), y 13 de ellos pertenecen a nuestra archidiócesis de Burgos. Un dato que habla, en cifras, de la inmensa labor de estos consagrados al Amor que viven por y para ser reflejo suyo, amando como Él ama y llevando su mensaje hasta los confines de la tierra.

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Evangelio del domingo, 3 de marzo de 2024

La Iglesia nos llama a tener y promover una vida litúrgica auténtica, a fin de que pueda haber sintonía entre lo que la liturgia celebra y lo que nosotros vivimos en nuestra existencia. Se trata de expresar en la vida lo que hemos recibido mediante la fe y lo que hemos celebrado.
El discípulo de Jesús no va a la iglesia sólo para cumplir un precepto, para sentirse bien con un Dios que luego no tiene que "molestar" demasiado. "Pero yo, Señor, voy todos los domingos, cumplo..., tú no te metas en mi vida, no me molestes". Esta es la actitud de muchos católicos, muchos.
El discípulo de Jesús va a la iglesia para encontrarse con el Señor y encontrar en su gracia, operante en los sacramentos, la fuerza para pensar y obrar según el Evangelio.
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de marzo de 2015).

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«La Iglesia en la educación»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Queridos hermanos y hermanas:

El Concilio Vaticano II «considera atentamente la importancia decisiva de la educación en la vida de la persona y su influjo cada vez mayor en el progreso social contemporáneo» (Declaración Gravissimum educationis sobre la educación cristiana).

La labor educativa de la Iglesia a través de múltiples instituciones ha sido inmensa a lo largo de los siglos. Nuestra Iglesia burgalesa ha contribuido notablemente a esta tarea a través de colegios diocesanos, de entidades religiosas dedicadas a la educación y de iniciativas sociales católicas, dirigida de modo particular a las personas y familias más desfavorecidas, con un profundo y amplio compromiso social. Cómo no recordar al sacerdote natural de Sargentes de Lora, don Andrés Manjón, pionero en la educación y gran promotor de esta tarea más allá de nuestras fronteras, cuyo centenario de fallecimiento acabamos de celebrar.

Precisamente el pasado diecisiete de febrero celebramos en el Forum de la Evolución en Burgos el primer encuentro de los cinco colegios diocesanos, junto con el del Círculo Católico, que forman parte de la Fundación Manjón y Palencia. Allí testimoniamos el compromiso de caminar juntos y ayudarnos en la búsqueda de la excelencia sobre el surco de la mejor tradición y cultura educativa de la Iglesia.

Con el objetivo primordial de renovar la presencia y el compromiso de la Iglesia con la educación, se ha celebrado en Madrid el congreso ‘La Iglesia en la Educación. Presencia y Compromiso’. Ayer asistimos a la sesión final de este evento que ha reunido a una gran cantidad de personas de diferentes delegaciones diocesanas de educación y de instituciones educativas implicadas activamente en esta iniciativa que desea, sobre todo, promover la presencia de la Iglesia en los distintos ámbitos educativos.

Desde la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura se ha percibido la urgencia de que la Iglesia «continúe haciendo su aportación específica». Para ello, propusieron abrir un «proceso de encuentro y participación» que tuviese en cuenta todos los ámbitos en los que estamos presentes: colegios de ideario cristiano, profesorado de religión católica, profesorado cristiano, centros de educación especial, centros de formación profesional, universidades católicas y escuelas de magisterio, colegios mayores y residencias universitarias, educación no formal y su relación con la parroquia, la familia y la escuela.

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Evangelio del domingo, 25 de febrero de 2024

Es el cumplimiento de la revelación; por esto a su lado aparecen transfigurados Moisés y Elías, que representan la Ley de los profetas, significando que todo termina y comienza en Jesús, en su pasión y su gloria.

La voz de orden para los discípulos y para nosotros es esta: 'Escuchadlo'. Escuchen a Jesús. Es él el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo, de hecho comporta asumir la lógica de su ministerio pascual, ponerse en camino con él, para hacer de la propia existencia un don de amor a los otros, en dócil obediencia con la voluntad de Dios, con una actitud de separación de las cosas mundanas y de libertad interior. Es necesario, en otras palabras, estar prontos a 'perder la propia vida', donándola para que todos los hombres sean salvados, y para que nos reencontremos en la felicidad eterna.

El camino de Jesús siempre nos lleva a la felicidad. No nos olvidemos: el camino de Jesús siempre nos lleva a la felicidad, habrá en medio una cruz o las pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad. Jesús no nos engaña. Nos prometió la felicidad y nos la dará si seguimos su camino. 

(S.S. Francisco, Ángelus 1 de marzo de 2015).

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«Cuaresma: el camino de vuelta a casa»

Mario Iceta Gavicagogeascoa (Arzobispo de Burgos)

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Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es volver a descubrir que «estamos hechos para el fuego que siempre arde, para Dios, para la eternidad del Cielo, no para el mundo». El Papa Francisco, desde esta mirada compasiva que pronunció un día como hoy hace cinco años, nos invita a reflexionar sobre todas las sendas que recorremos a diario en nuestra vida para encontrar el camino de vuelta a casa y nos recuerda que hoy es el momento de regresar a Dios.

Adentrados en este tiempo de espera, penitencia y perdón, el Espíritu vuelve a soplar su aliento sobre el barro de nuestras vidas para adentrarse en esos rincones donde más nos cuesta estar.

Con el Miércoles de Ceniza comienzan cuarenta días de limosna, oración y ayuno, como sendero de preparación para la Semana Santa. Un nuevo comienzo que nos llevará a un destino seguro: la Resurrección de Cristo, su indudable promesa y nuestra eterna victoria.

No es un tiempo para las renuncias sin sentido, sino para descender hasta las profundidades de nuestro interior, recorrer cada una de sus espinas, acogerlas y amarlas como Dios las ama. Solo así, podremos volver al Padre, salir a recorrer sus caminos y allanar sus sendas con la entrega generosa hacia quienes más nos necesitan.

La ceniza sobre nuestra cabeza simboliza el camino para volver al Señor, pero no de cualquier manera, porque Dios infunde su espíritu de vida sobre ese polvo enamorado que nos habita para hacernos libres, resucitados y alegres.

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Parroquia Sagrada Familia