Evangelio del Domingo, 1 de enero de 2017

Con tanto lío de días navideños, entre celebraciones especiales, visitas, constipados, cansancio acumulado y demás, me vengo dando cuenta de que al Señor le tengo un poco ahí de lado.

Sí, sé que está, y estoy viviendo la Navidad con Él, pero tengo como necesidad de hacer una paradita, un rato de oración. Me doy cuenta porque ando más fácilmente irritable, o porque me da pereza servir o ponerme a disposición de los demás, o porque llego a la oración cansada y me quedo en "adoración profunda"... Cuando ya se resiente el carácter, está claro: ¡necesito un rato de atención activa con Él!

Y pensaba que, si esto nos ocurre a nosotros, ¡cuánto más tiene que suceder fuera de los muros, donde la vida y el ritmo es aún mucho más rápido!

Días de vacaciones, un montón de actividades, de convivencia íntima con la familia, de roces... y así, una cosa tras otra sin parar. Seguro que tú sientes la misma necesidad de parar con el Señor.

Aún nos quedan fiestas y celebraciones por disfrutar, pero, ¿quieres vivirlas con Paz, y desde el Amor y la ilusión?

Hoy es el primer día del nuevo año 2017 y el reto del Amor que os propongo es buscar un ratito para estar a solas con el Señor. Para con Él y deja de nuevo que sea Él quien te llene de Paz, de Vida, de ilusión en este nuevo año que comenzamos. Que te llene el corazón de su Amor. Hoy déjate querer, para después poder darlo.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,16-21):

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Parroquia Sagrada Familia