Dar la vida por amor
Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
Hoy, al celebrar el Domingo de Ramos, inauguramos un año más la Semana Santa. Y durante ella queremos contemplar, viviry anunciar el acontecimiento de nuestra fe. Acompañaremos a Jesús, el Hijo de Dios, en su última Cena:
"habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo... Amaos unos a otros como yo os he amado..." Caminaremos con Él hacia una muerte en cruz corno signo definitivo de la salvación, pues el amor siempre es más fuerte que la muerte. Y esperaremos poder cantar alegres aleluya, porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido resucitado por el amor misericordioso del Padre en el gozo del Espíritu. ¡Dios ha estado grande con nosotros y quiere seguir estándolo con todos! El Hijo de Dios ha dado su vida por amor a toda la humanidad. La Jornada de los Mártires Misioneros, que celebraremos el 24 de marzo, y la Semana Santa se iluminan entre sí. El recordado Papa San Juan Pablo II, el Domingo de Ramos de 1980, pocos días después de haber sido asesinado el beato Oscar Romero, decía: "No podemos olvidar a quienes en el curso de nuestra época han sufrido la muerte por la fe y por el amor a Cristo, los que de diversas maneras han sido encarcelados, torturados, condenados a muerte y aun escarnecidos, despreciados, humillados y marginados socialmente... Este martirologio está escrito con caracteres distintos de los mártires primitivos. Hay otros métodos de martirio y otro modo de dar testimonio. Pero todo mana de la misma Cruz de Cristo y completa la misma Cruz de nuestra Redención".