28 Mar
Jueves Santo - Santa Misa
Fecha 28.03.2024 17:00
28 Mar

Lavatorio de los pies.
Traslado del Santísimo al monumento.

La clase de religión católica, ámbito de cultura y vida

Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)

gil hellin

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo», hemos rezado y hemos cantado, con el salmo 117, en la Pascua de Resurrec­ción que celebramos el domin­go pasado. Ahora se nos pide vi­vir la Vida nueva que nos comu­nica Jesús Resucitado, y salir a anunciar la alegría del Evange­lio, dando razones de nuestra fe y de nuestra esperanza cristia­na. En mi reciente Carta Pasto­ral-«Para que tengan vida»-, con la que pretendo animar la vida cristiana de todos los bautiza­dos desde el Dios de la Vida, alu­do de diversas maneras a la im­portancia que tiene la forma­ción para ir adquiriendo este estilo creyente. Hoy concreto esa formación en un ámbito fundamental para la sociedad y la propia Iglesia: las clases de re­ligión católica.

Por todos es conocido que el tema de la religión en la escuela últimamente suscita debate y bastante polémica. Ya en el año 1979 los obispos españoles es­cribíamos un documento don­de afirmábamos que "al entrar en unos tiempos nuevos ... trata­mos de iluminar los difíciles y complejos problemas de la en­señanza, desde la misión de la Iglesia y desde los intereses de la sociedad. Entre otros proble­mas, decíamos, ocupa un lugar destacado el de la enseñanza re­ligiosa escolar".

Los tiempos nuevos eran, por un lado, la promulgación de la Constitución Española de 1978 donde se proclama la no confesionalidad del Estado (art. 16), y a la vez se garantiza en la educación la formación religio­sa y moral de los ciudadanos, de acuerdo con sus propias con­vicciones (art. 27,2,3). Yporotro, el Acuerdo entre el Estado Es­pañol y la Santa Sede de 1979; en él se expresa que los planes educativos deberán incluir la enseñanza de la religión católi­ca en todos los centros, en con­diciones equiparables a las de­más materias fundamentales; por respeto a la libertad de con­ciencia, dicha enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los alumnos, pero se garantiza el derecho a recibirla, y por tan­to ofrecerla es obligado en los centros.

La enseñanza religiosa en el ámbito escolar es sin duda fer­mento de vida. La escuela pú­blica, en un estado aconfesio­nal, ha de ser la escuela de to­dos, plural; y por lo mismo en ella deben tener cabida todas las explicaciones de la vida, in­cluida la religiosa, teniendo en cuenta, en nuestro contexto, su vertiente mayoritariamente ca­tólica, No hemos de olvidar que el hecho religioso es un fenóme­no cultural importante que sub­yace en nuestra sociedad. ¿Có­mo poder, al menos compren­der y, mucho más, estimar y amar la amplia y diversificada cultura burgalesa de la literatu­ra, el arte, las costumbres popu­lares, las fiestas, los valores evangélicos de la civilización que hemos heredado y que si­guen mostrándose, si en todo ello desconocemos el fermento que la fe ha significado?

Por otra parte, la enseñanza de la reli­gión católica en la escuela tiene su especificidad y no se identifi­ca con la catequesis, pero es una formación que la complementa en tanto que ofrece una expli­cación razonada de los funda­mentos, contenidos y exigen­cias de la religión católica y rela­ciona integradamente la fe con la cultura que se recibe en la es­cuela. Hoy día, cuando algunos sectores culturales muestran su desafecto hacia lo católico, bien podrían convertirse las clases de religión en aprendizaje res­petuoso y crítico, desde el cono­cimiento real de las cosas, para adquirir una idea adecuada, in­cluso entre los no practicantes o provenientes de otras religiones. Porque a veces, y en todos los campos, la desinformación no sólo es incultura, sino semillero de tópicos y prejuicios. De manera especial, a los padres católicos os recuerdo una vez más que la clase de re­ligión en la escuela tiene un gran valor educativo y es muy importante para la formación integral y cristiana de niños y adolescentes, a la que os com­prometisteis en el bautismo. Je­sucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el fundamento de las virtudes y de los valores cristianos que hacen posible la formación plena y armónica del alumno. Él es guía y luz en el ca­minar hacia el bien, la verdad y el amor. Su persona cercana, su Palabra comunicada, su amor gratuito, su vida entregada por todos hacen posible un creci­miento humano y cristiano que nos lleva a seguir sus pasos pa­ra que todos tengan Vida. Vivir con los criterios de Jesús, es vi­vir de otra manera y contribuir ciertamente a que algo también cambie en nuestra sociedad y en nuestro mundo.

Ahora que llega el tiempo de reservar la matrícula en los co­legios e institutos, me dirijo a vosotros, padres, para anima­ros a ejercer el derecho que te­néis a que vuestros hijos reci­ban la formación religiosa y moral católica en la escuela. A vosotros corresponde su edu­cación y no al Estado. En con­secuencia, os invito a que les inscribáis en la clase de religión y moral católica o, en su caso, les motivéis para que lo hagan ellos mismos. No me olvido de todos vosotros, profesores que impartís esta materia; sé de vuestros desvelos y entrega. ¡Que el Espíritu del Resucitado, Señor y dador de Vida, aliente nuestros esfuerzos evangeliza­dores en el campo educativo!

Parroquia Sagrada Familia