Santo Tomás de Aquino, un modelo y un ejemplo
Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
La celebración de este domingo coincide con la fiesta de Santo Tomás de Aquino. Me ha parecido conveniente que en alguna ocasión, como hoy, prestemos atención a alguna de las figuras que la Iglesia pone ante nuestros ojos a lo largo del año litúrgico. En la liturgia celebramos ante todo los distintos momentos o aspectos del misterio de la salvación. Pero a la vez es importante dirigir nuestra mirada a los santos, hombres y mujeres que a su paso por la tierra han hecho realidad en su vida el plan salvador de Dios.
Tomás de Aquino es sin duda alguna una de las figuras más relevantes de la historia de la Iglesia. Junto con San Agustín ha sido decisivo en el pensamiento cristiano, en el campo de la filosofía, de la teología y de la espiritualidad. Por su claridad intelectual y por la elevación de su doctrina se le ha llamado «Doctor Angélico». Fue también proclamado patrón de las escuelas católicas, universidades y universitarios, por la pasión que manifestaba por la verdad y por la confianza que tenía en el estudio y en la razón para alcanzar esa verdad. Recordar a Santo Tomás ha de ser un estímulo para el mundo universitario, al cual dirijo también hoy con todo afecto mi saludo y mi reconocimiento.