La dignidad de la mujer
Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
El próximo jueves, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer que conmemora, como cada año, la presencia y la misión de la mujer en el mundo, en nuestra sociedad. Con ese motivo, a lo largo de la semana, nos encontraremos con noticias, reflexiones y actos que tratarán de visibilizar, sensibilizar y reivindicar diversos aspectos acerca de la realidad de la mujer. Una vez más comprobaremos situaciones sangrantes de su discriminación referidas a la igualdad en el trabajo, en el ejercicio de los derechos, en el salario, en la combinación de su específica realidad de mujer y madre, en la presencia pública, en los ámbitos de decisión... Algo que también nos recuerda la Evangelii Gaudium cuando dice que «las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente» (nº 104).
Ciertamente que en el curso de estos últimos decenios, junto a otras transformaciones culturales y sociales, también la identidad y el papel de la mujer, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha conocido notables cambios y, en general, la participación y la responsabilidad de las mujeres ha ido creciendo. Nuestra sociedad ha avanzado en este campo; ahí las mujeres habéis tenido un protagonismo muy especial; y hay que agradecer justamente toda esta labor por remover los obstáculos injustos que impiden la plena inserción en igualdad de las mujeres en la vida social, política y económica. No obstante, urge seguir tomando mayor conciencia en la defensa de la dignidad de la mujer.