La comunicación al servicio de la comunidad humana
Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)
En el camino del año litúrgico estamos finalizando el tiempo pascual. La fiesta de la Ascensión nos permite hoy celebrar su mensaje permanente y cargado de esperanza: el Señor Resucitado, que asciende a la Gloria del Padre, es el gran mediador entre Dios y la humanidad, entre el santuario del cielo y nuestra morada en la tierra.
En su Ascensión Jesucristo nos precede, nos eleva, nos abre el camino y establece la comunicación permanente entre el misterio santo de Dios y la peregrinación de los creyentes en este mundo. Jesús mismo se hace comunicación: desvela lo que es Dios en su amor infinito e ilumina el misterio del ser humano. En Jesús, Camino, Verdad y Vida, se manifiesta con transparencia la verdad sobre el Dios salvador y sobre nosotros mismos. En este marco se entiende que la Iglesia celebre cada año la Jornada de las Comunicaciones Sociales en la solemnidad de la Ascensión del Señor. Pretende recordar que los medios de comunicación están al servicio de la verdad, que deben transmitir las informaciones sin deformaciones ni manipulaciones, que su misión es contribuir al encuentro y a la concordia entre las personas, los grupos sociales y los países.
El Papa Francisco en su mensaje para la Jornada de este año nos propone el lema «Somos miembros unos de otros» (Ef 4,25) «De las comunidades en las redes sociales a la comunidad humana». La primera frase está tomada de la carta a los Efesios, cuando San Pablo dice «Por lo tanto dejaos de mentiras y hable cada uno con verdad a su prójimo, que somos miembros unos de otros». Son palabras que tienen plena actualidad tanto si se piensa en las redes sociales, que establecen un mundo cada vez mayor de relaciones personales, como en todos los medios de comunicación que acumulan y difunden conocimientos e información y que deberían llevarnos siempre a buscar la verdad y a comunicar la verdad. Jesús Resucitado al convertirnos en miembros de su Cuerpo, nos hace a unos miembros de los otros; y tal responsabilidad de unos para con los otros es la motivación con la que el Apóstol exhorta a abandonar la mentira y a custodiar y decir la verdad. Esta realidad, tan profundamente eclesial, nos permite entender la segunda parte del lema, pues la metáfora del Cuerpo y los miembros de Cristo, que tiene su base en el amor y en la comunicación recíproca, nos debe llevar a contribuir para que las comunidades en las redes sociales lleven a una comunidad auténticamente humana.