Evangelio del miércoles, 15 de agosto de 2018 - Festividad de la Asunción de la Virgen María

Hay dos fechas en el calendario de la Iglesia universal que marcan todo el esplendor espiritual de María: es el comienzo y el final de toda su existencia en esta tierra: la Inmaculada Concepción y la Asunción al Cielo. En diferentes pueblos y en varias naciones hay advocaciones marianas que encierran en sí toda la vida y belleza espiritual de María y por lo tanto todo eso lo celebran en fechas determinadas; pero en la Iglesia universal estas dos son las dos grandes celebraciones en honor a María. A ellas dos se añade ahora el 1 de Enero, fiesta de la Madre de Dios.

La Asunción es una fiesta muy antigua y expresa un sentimiento del pueblo cristiano. No lo narra el Nuevo Testamento, pero se fue trasmitiendo en el pueblo cristiano, de modo que se levantaron muchos templos y catedrales en honor de María en su Asunción. Desde 1950 es dogma de fe, cuando el papa Pío XII, habiendo escuchado el parecer de toda la Iglesia, determinó que todos lo tenemos que creer.

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Evangelio del domingo, 12 de agosto de 2018

 

Las palabras del evangelio de hoy son una parte del llamado “discurso del Pan de vida” de Jesús en que anuncia y proclama lo que será la Eucaristía. El domingo pasado veíamos la primera parte. Hoy vemos la continuación dentro de esa conversación realizada en Cafarnaún. El día anterior había sido la multiplicación de panes y peces. Jesús despidió a la gente, que quería hacerle rey, y se marchó solo al monte a orar. Muchos se marcharon por la orilla a uno de los pueblos más importantes, que era Cafarnaún, y otros lo hicieron al día siguiente al ver que no estaba Jesús ni los apóstoles. En Cafarnaún se suscitó una viva discusión, pues la gente quería más alimento o algún hecho más espectacular. Jesús les dice que tiene un alimento mucho más importante que el que les ha dado el día anterior y mucho más importante que el maná, que Dios les había dado por Moisés en el desierto.
Y comenzamos con las palabras del evangelio de hoy. La gente duda y murmura, porque Jesús ha dicho: “Yo soy el pan bajado del cielo”. Y no le cree porque muchos conocen a la familia de Jesús, a sus padres y familiares. Por eso se dicen: “¿Cómo puede haber bajado del cielo?” Estamos en la primera parte de este “discurso del Pan de vida”. Hoy vamos a considerar sobre todo la necesidad de creer en Jesús para podernos alimentar dignamente de este “Pan de vida”. Al final de las palabras de hoy comienza la segunda parte en que declarará Jesús más abiertamente que este Pan es su propio Cuerpo y Sangre. Esa segunda parte la consideraremos el próximo domingo.

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Evangelio del domingo, 5 de agosto de 2018

En este evangelio Jesús deja las cosas bien claras. No todo sirve en el cristianismo. Hay que bajar al fondo de nuestro ser y descubrir las motivaciones profundas de nuestro seguimiento a Jesús. Hoy, en la segunda lectura, San Pablo nos propone que nos revistamos “de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios”. Hemos sido configurados con Cristo por el bautismo y estamos llamados a vivir la vida misma de Cristo; de tal manera que Cristo sea para nosotros criterio de verdad, más aún la Verdad misma, y por tanto norma de nuestro actuar. Porque “la verdad ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre, que de esta manera es ayudado a conocer y amar al Señor” (San Juan Pablo II, Encíclica “Veritatis splendor”, 1). San Pablo nos exhorta a que no andemos “ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios”.Es decir que acomodan la verdad a sus apetencias, apartándose de Dios fuente y origen de toda verdad y cayendo en la esclavitud del individualismo y del hombre viejo “corrompido por sus apetencias seductoras”.

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¿Una chica inapropiada?

Celia y Adrián eran dos hermanos que, en general, se llevaban muy bien. Celia había esperado por su hermano toda su vida, es decir, cuatro años. Se lo había pedido a sus padres con insistencia. Lo que Celia no había pensado era que su hermanito iba a crecer y apropiarse de, además del tiempo y la atención de la familia, sus juguetes y su espacio en la casa.

Una mañana, ella estaba jugando con muñequitos y bloques. Había armado una hermosa ciudad y disfrutaba de colocar animalitos y otros juguetes en las calles o en las casas; hasta que llegó su hermano, que quería armar otra ciudad para que sus autos corrieran una carrera. Su madre escuchó los gritos y corrió a la habitación. Los encontró amurallados detrás de una pila de bloques. —Si cada uno acapara los juguetes, al final, en vez de jugar, están sólo cuidando lo que cada uno tiene. ¡Eso no es muy divertido! Se nota en sus rostros. La mamá los convenció de que fueran con ella a la cocina. Estaba haciendo ñoquis, y la podían ayudar a cortar los choricitos de masa. Los juguetes quedaron desparramados por la habitación. Mientras cocinaban, la mamá les contó una historia de la familia. —Mi mamá, es decir, la abuela vuestra, tenía 5 hermanas. Eran seis mujeres; su papá trabajaba en un hospital y la mamá se quedaba en la casa. No era sencillo ocuparse de lo que necesitaba cada una. Los regalos de los cumpleaños eran ropa o zapatos; sólo en Navidad recibían un juguete.

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Feliz tiempo de descanso

Fidel Herráez Vegas (Arzobispo de Burgos)

gil hellin

Es frecuente oír en estas fechas el saludo y el deseo que también quiero hacer mío al dirigirme hoy a todos vosotros: ¡Feliz verano!, ¡Felices vacaciones!, ¡Felices días de descanso! Es cierto que el período vacacional se reparte con frecuencia a lo largo del año. Pero sin duda en estos meses cambian sustancialmente el ritmo vital y el escenario social, porque se multiplican los desplazamientos, se intensifican los viajes, la población se concentra en las playas y en lugares turísticos, nuestros pueblos se animan con numerosos visitantes...

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Parroquia Sagrada Familia